martes, 18 de junio de 2013

Reto 08: Changmin + Patronus + Beso / By: Jaessi.


 
 No eran enemigos. Tampoco es que fueran amigos, claro. Rivales, podría decirse. “Pero enemigos, no.”

La cuestión era que, en todo el colegio, la competencia con las demás casas surgía de acuerdo a los eventos y circunstancias a lo largo del año y entre ellos parecía ser cuestión innata.

Decir Gryffindor vs. Slytherin era todo un asunto que causaba furor entre los estudiantes. Antes de los juegos de quiditch, la tensión entre los equipos era evidente. De igual forma, inevitables eran las ganas de lanzarse miradas provocadoras y soltar una que otra frase indirecta, cuando un miembro de la casa contraria estaba cerca.

Pero como Minho se había dicho a sí mismo hasta convencerse. Solo eran tontas rivalidades de adolescentes, no podían ser enemigos.

“No…” Susurró, llamando la atención de Kibum, a su lado, quién fijó su mirada en el más joven. Lucía perdido, despedazando un pedazo de muslo de pollo distraídamente, sin comerlo, mientras Jinki lo miraba con desesperación y claras intenciones de arrebatarle su plato.

-Minho…- Llamó Kibum, obteniendo por toda respuesta un par de murmullos que ni siquiera iban dirigidos a él. Comenzando a irritarse, dejó su comida de lado y observó detenidamente al chico, dándose cuenta de que su mirada seguí fija en un mismo punto.

Oh, sí. Iba a regañarlo, a decirle “¡Hey Minho! ¿Qué demonios estás viendo?”

Y así lo hizo.



*-*Changmin+patronus+beso*-*


Del otro lado del Gran Comedor, Shim Changmin, de Slytherin, sonreía inmensamente para sus adentros mientras fingía no ser consciente del intenso escrutinio de su rival, Choi Minho.

“Rival”… Pensó, mientras daba un mordisco a su pastel de vainilla recubierto con una capa de crema chantillí y los deliciosos “Dandys” que tanto le gustaban.

Era gracioso pensar en Minho como su rival, después de todo lo que habían vivido. Aun así era divertido y mantenía “la chispa”  que muchos buscaban en su relación. Aunque a Minho le  mortificara, a veces; no importaba cuánto Changmin lo repitiera: su  dongsaeng temía que un día, alguno de los dos, viese al otro como un enemigo.

Y él sabía que esa era la razón por la cual lo miraba fijamente.              

*-*Changmin+patronus+beso*-*



-Solo admítelo…

-Admitir qué, hyung? –Minho bufó, exasperado por la insistencia de Kibum.

-Shim, te gusta- Repitió el rubio por enésima vez.

Minho estuvo a punto de sonreír y delatarse, pero se contuvo.

-No sé de qué hablas- Insistió Minho, evitando mirar a su amigo mientras recorrían los amplios corredores del castillo hacia la sala común. Trataba de divisar a su alrededor cualquier pista enviada por Changmin indicándole que debía ir al mismo lugar de siempre, haciendo irritar a Kibum, quien estaba cada vez más seguro de tener la razón.

-Claro… -Dijo, finalizando la conversación o terminaría por gritarle al pelinegro, dirigiéndole una mirada repleta de acusación y enojo, mientras el otro hacía uso de su talento para ignorar a los demás. 

No muy lejos del par, se encontraba el nombrado Changmin, observando desde su posición con una sonrisa felina dibujada en sus finos labios.

Buscaba la oportunidad de cruzar miradas cómplices con Minho, que le transmitieran su deseo de verlo en un sitio más privado. Los minutos transcurrieron hasta que, finalmente, dio con un par de matas de cabello rubio y negro, respectivamente, ensanchando su sonrisa al detallar el rostro del segundo.

En ese instante, Minho lo miró, tal y como esperaba. No tuvo que esperar para verlo asentir, casi de forma imperceptible, aceptando su silenciosa proposición. Sin embargo, un gesto en el rostro de Minho llamó su atención. Se fijó con detenimiento, dándose cuenta de que este alternaba su mirada entre él y Kibum, quien se arreglaba el cabello distraído. Changmin rio suavemente, asintiendo y guiándole un ojo al chico, indicándole que se encargaría a partir de ese momento.

Minho se encogió de hombros, conteniendo una risilla que podría alertar a Kibum, y lo menos que quería en esos momentos era volver a captar la atención de su amigo. Para su alivio, una gran explosión retumbó de repente. Él y Kibum corrieron hacia el lugar donde vieron una masa de alumnos aglomerarse. Sin embargo, en ese momento, Minho vio se oportunidad y, aunque quería saber qué había hecho Changmin –porque sí, definitivamente era su obra- no podía correr ningún riesgo de ser visto ni detenido por nadie.


*-*Changmin+patronus+beso*-*


-¿Destruiste la despensa del profesor Jeon?- Preguntó el pelinegro, exaltado.

-Vamos, no es para tanto- Changmin suelta una carcajada.

-Pueden expulsarte…

-Está bien… Si pudimos encontrarnos de nuevo, lo vale.

Minho se ruboriza al instante, desviando la mirada de la de su alto hyung, fijándola en el duendecillo luminoso que se posaba sobre el césped mojado.

Hacía frío aquella noche, más que otras, cosa que Minho encontraba peculiar. El sonido de las criaturas nocturnas no se percibía. El crujir de las ramas, tampoco. Era inquietante porque, a pesar de encontrarse en una zona apartada y en ruinas –cerca del bosque prohibido- allí, muchas especies aprovechaban para hacer su vida durante la noche, fuera de la vista de muchos.

Sintió la calidez de una mano que lo sobresaltó. Se posaba en su mejilla. Recorría con las yemas de los dedos su delicado rostro y, finalmente, sintió que se aferraba con delicadeza a su mentón, para girarlo y hacer que lo mirara a los ojos.

Sus miradas se conectaron en un instante en el que todo a su alrededor desapareció. Él más alto sonrió ante el rostro ruborizado de su compañero, y se acercó con confianza a su rostro para depositar un dulce beso en aquellos rojos y carnosos labios.

Momentos escasos como aquel, no tenían otra definición más que perfectos. Un beso que ambos sabían no era el primero, podía derrumbar el mundo que los rodeaba en un segundo y limitarlos a la existencia del ser amado, porque incluso se olvidaban de sí mismos.

Era un no sé qué, que cosquilleaba en las yemas de sus dedos y en su corazón. Los mareaba y revolvía sus estómagos, jalándolos y haciendo que sintieran despegarse de la tierra y flotar, allí, a gusto.

Queriendo detallar el rostro abultadito, de piel suave que poseía Minho, Changmin abrió los ojos. Atrás, más allá de ambos, divisó algo que no esperaba. La razón del silencio que reinaba en el ambiente esa noche.

Dementor.

Se acercaba. Su túnica rasgada, dejando ver manos huesudas que terminaban de darle el aspecto escalofriante. Changmin cerró los ojos con pesadez y perdió la conexión de aquel beso.

Minho se dio y con lentitud se separó, solo para ver a Shim sonreírle con calma mientras posaba una mano en su nuca, atrayéndolo con fuerza hacia sí y refugiándolo en su hombro derecho. Trató de separarse, pero Changmin no lo dejaba.

Por su parte, el mayor, haciendo un esfuerzo por mantener al chico quieto, sacó como pudo su varita y la apuntó hacia la horrible criatura. Cerró los ojos y en su mente rememoró todos aquellos instantes preciosos y felices junto a Minho. Todos aquellos besos.

-¡Expecto Patronum!- Exclamó.

El poderoso encantamiento de luz platinada se extendió desde la punta de su varita, tomando la forma de ciervo por unos instantes, para luego desplegarse al antojo de Changmin. El campo protector envolvió a ambos enamorados, protegiéndolos de todo el mal ajeno a ellos.

Changmin soltó a Minho, quien no tuvo que preguntar. Se sonrieron nuevamente, acercándose con los corazones retumbando, para crear nuevos recuerdos que alimentaran el patronus.

Recuerdos de amor.

Fin (?)

Palabras: 1233.

Reto 09: Minho + Biblioteca + Sexo


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